Un juego para el intelecto
El espacio exterior. Horizontes en dos planos pero con quinta dimensión. Y la capacidad excelente de la alegría. Demuestra que en arte puede haber profundidad sin tortura ni desgarro. Trascendencia sin dolor.
Humildad y belleza.
Un reto senti-mental.
Un juego para el intelecto, que comprende que no hay nada tan serio como el sentido de humor.
Javiera Figueroa